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Curioso personaje mallorquín, franciscano, culto, hábil, poeta, teólogo, que abandonó la religión cristiana y se hizo mahometano escribiendo luego sus experiencias y justificando su decisión una vez instalado en la corte del Rey de Túnez.
Parece que tuvo vida azarosa y huyo con un monje de Poblet, Fray Pedro Marginet, y algunas mujeres de mala vida, a Túnez, donde apostataron y recibieron recompensas del sultán. El monje cisterciense, arrepentido, regresó e hizo penitencia. Turmeda se mantuvo al servicio de los mahometanos con su extenso saber. Escribió diversas obras, como el "Libro de los buenos avisos" y, sobre todo, su autobiografía con el título de "El presente de un hombre ilustrado". En ella justificó la verdad del islamismo y la falsedad del cristianismo por adorar a un hombre clavado en una cruz. El tono irónico del texto refleja la postura de quien escribe en ambiente islámico y se juega la vida con sus declaraciones, pero que no piensa ni cree lo que consigna.
Casó con la hija del mismo califa, dada por esposa, aunque tuvo otras. Fue tesorero real y fue sepultado a su muerte en rico sepulcro que todavía se conserva en la ciudad vieja de Túnez, siendo para los mahometanos modelo del hombre que buscó y encontró la verdad del Profeta.
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